domingo, 18 de diciembre de 2022

BUENAS FIESTAS NAVIDEÑAS


 

Como cada año por estas fechas mi entrada es para desearos una buenas Fiestas Navideñas y que el Nuevo año os traiga lo mejor para vosotros y vuestras familias, también que los Reyes Magos vengan cargados de esperanza, ilusión y algún que otro regalo que siempre es bien recibido.

Estamos viviendo unos años complicados en los cuales cada vez hay más gente desfavorecida que no puede tirar para adelante cuando hace tan poco tenía al menos para cubrir sus necesidades familiares y algo más, la esperanza es grande de que esto de un buen vuelco. Espero que en estas fechas tan entrañables y tan nuestras muchos hagan reflexiones, impere la cordura y el sentido común tan perdido en estos últimos tiempos, miren para sus adentros y ayuden a ese vuelco que tanto necesitamos en todos los aspectos.

Un fuerte abrazo para todos mis amigos blogueros que aunque virtuales creo que nos llegan.


jueves, 24 de noviembre de 2022

MI VENA DE POETA



Tendría yo unos 7 u 8 años (iría  a tercero de la época), teníamos una monja súper estricta la cual tuvimos cuatro cursos de primero a cuarto, nos llevaba como verdaderos cirios, quizás demasiado pero…pienso que hoy en día un poco de disciplina no iría nada mal. Propuso hacer un concurso de poesías, poesía que quien ganara tenía que leerla en un evento en el que algunas compañeras (como se ve en la fotografía) llevaban sus trajes de comunión, pues bien como desde muy pequeña siempre he sido más de letras me presente y cuál fue mi sorpresa que gané y me toco leerla en dicho evento que por cierto no recuerdo muy bien. Me la había leído tantas veces que cuando subí al escenario en vez de leer lo que tenía delante me lancé (cosas de niños supongo) y me equivoqué en un párrafo, supongo que nadie del publico ya que estaban los padres y supongo que algunos  familiares se dieron cuenta pero la monja… ella sí y menuda bronca me echó, lo que es poesía ya no lo volví a intentar, escribir sí que me ha gustado de siempre, era feliz haciendo redacciones y explayándome en el tema que propusieran en clase y esto hasta a día de hoy.

Por suerte fue la única monja más severa que tuvimos, se llamaba Josefina Juan (de su nombre no creo que ninguna compañera se haya olvidado), el resto eran unas magníficas personas y profesoras, guardo muy buen recuerdo sobre todo de dos, de Rosa María Delgado que era pan de candeal, la tuvimos en quinto y después de los cuatro años se agradeció un montón el cambio y le dediqué una entrada entera en el blog, la lástima es que solo la tuvimos un curso ya que se fue al Camerún de misionera y nunca más supimos de ella, también de María Odero, la teníamos de labores y manualidades, ahí me aficioné a las labores en general y le estaré siempre agradecida de lo que me enseñó, tenía una paciencia infinita y nos enseñó durante años  a hacer de todo.  De  la que también me acuerdo y no agradablemente es de la profesora de música que desde el primer año tuvimos (aunque luego pareciera que implantar música en los colegios se  hubiera descubierto la clara de huevo) María Lagarreta se llamaba y comenzó a que cuando no te salía algo te daba con el nudillo en la cabeza, pero…solo una vez los padres en bloque acudieron a hablar con la superiora y nunca más lo hizo, del resto ni tocarnos un pelo.

viernes, 21 de octubre de 2022

EL CAMPO


Vengo de una familia dedicada al campo, muchos de mis tíos se dedicaban a ello y cuando pasaba las vacaciones de verano en el pueblo de mi padre veía lo que hacían y lo sacrificado que era. Trabajaban de sol a sol, en verano a  las cinco de la mañana ya estaban en el tajo para poder a media mañana y cuando el sol calentaba demasiado irse  a casa, comer descansar para a media tarde volver al campo hasta que tenían luz. Hoy en día tienen algo más de medios como ayuda pero… sacrificado es lo mismo y en aquella época aun podían vivir  del campo pero hoy en día, pagos y más pagos y luego unos precios irrisorios que el único que se beneficia de su sudor son los intermediarios. Además de lo perjudicados que están por todo lo que nos llega de fuera que  a pesar de que no entra con las mismas garantías sanitarias en cuanto a pesticidas y demás, una buena mayoría es el producto que nos ofrecen las grandes superficies. Siempre he pensado que todo el mundo tiene derecho a vivir y a vender sus productos donde pueda pero no en perjuicio de lo nacional hundiendo todo el sector tanto el agrícola como el ganadero. De todas formas a veces tengo la sensación de que mucha gente se cree que todo nace en el súper sin preocuparse de lo que sufre el que lo hace.  Se han visto cosechas y cosechas tiradas por no poder venderlas y eso lo veo bien en los campos de naranjas que es lo que más cerca tengo. Si se abandona del todo el campo comeremos mierda que dice Juanvi Palleter con toda la razón del mundo, este chico lleva luchando mucho tiempo como un jabato por el campo pero deberían cuando hace una concentración ir mas gente, aunque no tengamos huertos somos como consumidores parte implicada de lo que está ocurriendo en el sector primario.

Yo desde siempre he comprado la verdura y fruta, la carne, el pescado y así todo lo que pueda comprar en el pequeño comercio y en mi barrio. Cuando nos confinaron mucha gente buscó estas tiendas para luego olvidarse de que existen, que están sobreviviendo como pueden y han vuelto a llenar los carros en los supermercados. Hay ciertos artículos ya sé que no nos queda más remedio que acudir al súper pero lo que se pueda comprar fuera de él, mucho mejor en calidad y no son tan tontos de encarecer el producto tanto para que no fuera nadie.

Las dos fotografías de la cabecera es como acabara todo el campo si no se pone remedio, de verdad queremos que nuestro país acabe siendo un mar de placas solares por intereses de unos pocos, esto ya está en marcha en la agenda, si el campo se destruye y se abandona es lo que pasará. Un país como el nuestro denominado desde que tengo uso de razón la despensa de Europa y auto suficiente en que ha quedado y en que va  a quedar.

viernes, 23 de septiembre de 2022

ASI NOS VA


 

Soy muy consciente de la sociedad en que vivimos y que de un tiempo a esta parte vamos día a día a peor, pero aletargados una buena parte.

Todos hemos oído de la indiferencia de la gente cuando pasa alguna cosa en la calle, prefieren grabar un vídeo antes que ayudar, no voy  a generalizar pero…Esta mañana lo he vivido en propias carnes,  iba tan tranquila cruzando una calle cuando he tropezado con un saliente del firme y me he caído cuan larga soy, aun he tenido suerte el encontronazo lo ha recibido mi rodilla porque he tenido reflejos y he movido la cabeza si no en todo el bordillo me hubiese podido destruir la cara, pues bien había una cafetería y las mesas llenas de gente tan solo un chico de unos 30 o 35 años se ha venido corriendo, me ha ayudado a levantarme y hasta que yo no me he encontrado en condiciones de caminar allí ha estado a mi lado, le he dado las gracias mil veces. Las personas que estaban a un paso de mi ni sean inmutado,   eso si he tenido aún suerte de que alguien me ha ayudado, podía haberme pasado como a una amiga hace poco que cayó y nadie la ayudó y no pongo en duda que algún descerebrado móvil en mano me haya hecho un video estando yo en el suelo lamentándome del dolor.

Para ser sincera estoy bien fastidiada pero… soy caballo de batalla y cuando se enfríe del todo decantará, espero tener suerte.

martes, 3 de mayo de 2022

50 AÑOS ENTRE CACHARROS


Este año cumplo 50 años metida en la cocina, entré por obligación y poco a poco se convirtió en una pasión. A mis 18 años tuve que tomar las riendas de mi casa y ello conllevaba meterme de lleno a cocinar, la verdad  es que sabía bien poco de cocina pero… siempre había sentido curiosidad por ello y apuntaba maneras haciendo algunos pinos en repostería. Tenía la comodidad de que mi abuela paterna que vivía con nosotros era la que cocinaba y lo hacía muy bien, exceptuando los arroces caldosos ya que la costumbre por aquí era hacerlos casi como un flan y tanto a mi hermano como a mí no nos gustaba nada pero tenía que ir para dentro.

Fui autodidacta y mi primer conejo de pruebas fue mi hermano, ya entonces intentaba hacerlo bueno aprendiendo de aquí y de allí y habiendo visto como mí abuela y dos tías mías muy cocineras lo hacían… mi tía Pepica y mi tía Teresa, también de mi suegra (mi cuarta madre) excelentes maestras en muchas cosas.

Evidentemente que he hecho pifias a lo largo de mis primeros años de cocinera y aún a día de hoy sigo siendo curiosa y creo que eterna aprendiz y más ahora con lo del gluten mío, mis diversas intolerancias y el tema azúcar de mi marido.

Sinceramente siento verdadera pasión por la cocina, me gusta investigar, improvisar con los ingredientes de que dispongo para algunas recetas de las cuales muchas en el blog son idea mía.

Disfruto lo mismo cocinando dulce como salado y sobre todo viendo lo agusto que se lo comen y tengo un crítico que ni os lo imagináis, mi marido, el primer huevo frito que le hice (he de decir que es un maniático con los huevos) me lo tiró a la basura por que no estaba a su gusto pero… a partir de ahí se los ha frito siempre él yo nunca mas.

Me siento muy feliz de haber decidido (animándome mi hija a ello y ayudándome a meterme en el mundillo) el haberme metido a bloguera  de cocina por allá el 2009, he conseguido verdaderos amigos y lo que siempre he pensado, que aprendemos unos de otros.

Fotografía de cabecera sacada de internet.

martes, 22 de febrero de 2022

NUESTROS MAYORES


 

No puedo mirar para otro lado y no escribir sobre lo que está ocurriendo con nuestros mayores, aunque esto que está ocurriendo ahora ya se estaba gestando desde hace mucho tiempo. Cuando se comenzó a decirnos a  jóvenes y mayores…”esto lo puede hacer por internet, esto lo puede hacer desde casa, esta gestión la puede hacer por el cajero, lo puede domiciliar todo y etc.”, deberíamos de haber plantado las orejas y no dejarnos arrastrar por haga usted esto y haga usted lo otro porque es mucho más cómodo (pero realmente para quien), esa comodidad nos ha llevado a todo esto y algo más. Se da por hecho que la gente mayor y no tan mayor tiene móviles de última generación, dispone de internet en su casa y se maneja de maravilla para hacer todo, la realidad es bien distinta y una inmensa mayoría de los mayores y no tan mayores no tiene ni pajolera idea de internet y además  a algunos tampoco les gusta. En algunas entidades  las colas son significativas, obligados a horarios de cajero para pagos y demás y sé de buena tinta (ya que esto le pasó a una conocida y estaba que trinaba ese día) que si el horario se pasa aunque estés en la cola ya volverás al día siguiente, hay pueblos donde han desaparecido las pequeñas sucursales que había y ello les obliga a desplazarse a otros pueblos, no todos puede contar con que sus hijos les resuelvan la papeleta de bancos y demás, ellos quieren ser autosuficientes como siempre lo han sido y no depender de nadie en su inmensa mayoría. Yo no me acabo de creer que esto no se puede solucionar de una manera más racional y con más respeto hacia los mayores sobre todo  pero…los políticos están demasiado preocupados por mantener su culo en su poltrona y los bancos demasiado preocupados por sus dividendos y nosotros les importamos un carajo aunque quieran hacernos creer lo contrario. Me pregunto donde ha quedado ese trato humano hacia nuestros mayores, que  no tan solo se han dejado la piel para que sus familias tuvieran una vida mejor sino que han dejado sus ahorros en manos de estas entidades que sin ellos no habrían podido trabajar e invertir en sus cosas,  hacerse grandes y ganar dinero a espuertas,  ¿éste es el pago que tienen ahora?, ¿cómo hemos dejado que esto ocurra?.

Yo me pongo en el lugar de muchísimos mayores  ya  que ahora contaré una experiencia mía que apenas tiene importancia pero… ya comenzaba  a querer decir mucho.

Yo pertenezco a los no tan jóvenes y me manejo bastante bien por internet, aun así hace ya algún tiempo cuando comenzaron a retirar el efectivo de las ventanillas de las entidades quise hacer un pago por el cajero (he de decir que no me han gustado ni me gustan nada) y queriéndolo hacer bien y sin equivocarme le pedí ayuda a una empleada del banco con el que trabajo asiduamente y me dijo muy altaneramente que no podía ayudarme, quizás debí quejarme pero me quedé tan sorprendida que no reaccioné, intuí que estas órdenes venían de arriba y me dije… esto ya está comenzando a ir muy mal porque además se oían comentarios que una determinada entidad había sustituido personal por cajeros y que se iban a sumar el resto de entidades para que todo se hiciera por los cajeros. El  motivo por el que pedí cierta ayuda era que no hacía demasiado tiempo me habían pasado al cobro unos recibos que ascendían a  2000€ (seguramente hechos desde un cajero) y que por supuesto no eran míos y menos mal que me di cuenta enseguida y se me devolvió casi al momento, no sin antes  tener que hacer unas gestiones y averiguar ciertas cosas para que no volviera a ocurrir.

Contaré otro caso de banco y esta vez sí fue con trato personal; me encontraba pagando una hipoteca y cada mes como siempre hacia mi pago pues bien, tengo una amiga en recaudación y un día me llama y me pregunta si tenía alguna deuda con el ayuntamiento le digo que no  y me contesta que desde hacía varios meses le estaba haciendo un pago al ayuntamiento de mi ciudad, inmediatamente me fui al banco y resulta que por un error al hacer un pago de impuestos al ayuntamiento no sé como siguieron haciendo mis ingresos  para la hipoteca a esa cuenta sin mas, se aclaró el entuerto pero podían haber estado pasando el pago indefinidamente, así que no quiero pensar en los errores que se habrán cometido por un fallo de teclear un número incorrecto.

Imagen de la cabecera obra original de Vicente  Herrero.

viernes, 7 de enero de 2022

MI VERDADERA PROFESION



Siempre he pensado que mi verdadera profesión era la de ser médico pero… los avatares de la vida me impidieron hacerlo. Desde bien pequeña asumí la responsabilidad de que algún día cuando me hiciera mayor tenía que tomar las riendas de llevar casa y ayudar a mi padre en ello. Cuando ya tomé conciencia de la situación le oí decir en infinidad de ocasiones que cuando yo me hiciera mayor él estaba salvado, de pequeña no entendía el porqué pero a medida que me fui haciendo mayor demasiado que lo entendí; de ahí quizás que cuando acabada la primaria y comenzado el bachillerato tenía que hacer un cambio de colegio ya que  en el segundo año hubo una  reforma  de educación y había que hacerlo, al preguntarme mi padre si quería seguir estudiando mi respuesta fue que no, a pesar de que lo hablamos (a día de hoy pienso que mi padre fue un adelantado a su tiempo, algún día hablaré de ello) que si me tenía que hacer cargo de la casa ya que mi abuela paterna que es la que estaba con nosotros se estaba haciendo mayor para que comenzar, ahí creo que comenzó mi exceso de responsabilidad que muchos años más tarde un médico de cabecera que tuve me diagnostico.

Lo que en aquel tiempo no sabía es el tortazo tan grande que la vida me tenía guardada en todos los morros y es que con quince años falleció mi padre también ya que mi madre lo había hecho cuando yo tenía cuatro años, los estudios me los hubiese tenido que dejar de todas formas para hacerle frente a  la vida junto a mi hermano dos años menor que yo para salir adelante codo con codo como así hicimos, prácticamente sin la ayuda de nadie. Yo tuve claro en su momento lo de dejar de estudiar y sin embargo cuando mi padre falleció y mi hermano había pasado ya al instituto peleé para que siguiera estudiando y en aquel tiempo  el director del instituto nos cerró las puertas a cualquier posibilidad beca íncluida y de la familia…para que hablar. Pasados los años él lo consiguió y aunque fué  duro y no se lo pusieron fácil a la hora  de conseguir una oposición pero con tesón lo logró, yo siempre me he  sentido orgullosa de él.

Volviendo al comienzo diré que los sueños si los deseas mucho se cumplen, no hice la carrera de medicina pero si prácticas para auxiliar de enfermería y a partir de ahí mi sueño se cumplió. Por medio de la hija de unos amigos de mis padres que es comadrona hubo una plaza en la maternidad donde ella trabajaba y me lo propuso, dije enseguida que sí y me aceptaron. En aquella época tenias acceso a un trabajo así solo con las practicas, mis compañeras estaban en las mismas condiciones  habían hecho solo prácticas también. Un 5  de enero con tan solo 16 años  al toro me tire para ayudar en lo que fuera  al milagro de la vida, ver nacer. Teníamos turnos de mañana, tarde y noche,  cuando me tocaba turno de mañana después de mi tarea de  asear a  las  pacientes y cambiar su cama, me dirigía a prepara la  consulta, sacar historiales y a medida que venían las pacientes les tomaba la tensión y el peso y le pasaba todos los datos al médico y así cuando era la hora de pasar a las pacientes lo tenía todo en su mesa. La guardia de la tarde lo habitual, estar a la mira de todo y en la guardia de noche lo primero recoger a todos los bebés que se encontraran en la clínica y llevarlos con nosotras a una habitación que teníamos destinada para ello, así las mamás durante la noche podían descansar ya que cuando nacían llorones menudas noches daban. He de decir que estuve en prácticas  un tiempo  para aprender los entresijos de mi trabajo en todos los turnos junto a una compañera siempre para saber qué hacer en cada momento.

Mi primer día de  guardia fue la noche de Reyes (uno de mis mejores regalos de Reyes), la clínica ese día estaba vacía pero lo de los nacimientos es imprevisible a pesar de que ahora parece que los programen a días contados, a media noche llamaron a la puerta y no era una falsa alarma estaba de parto. Mi trabajo consistía en llamar al médico que venía como un  rayo, vivía justo al lado y la clínica  era contigua con su casa, viví  muchas falsas alarmas pero en este caso iba rapidito, enseguida a preparar el paritorio, instrumental ayudar al médico a vestirse y demás y al anestesista que acudía siempre también en lo que le hiciera falta. No os podéis imaginar lo que fue por primera vez recibir en una toalla a mi primer bebé, atarle el cordón umbilical como me habían enseñado para que quedara perfecto (al menos así lo intentaba y no lo hacía mal del todo), asearlo, vestirlo y ponerlo en su cuna. Esa noche lo tuve conmigo toda la noche y no paré de mirarlo, tuve suerte y era un bebé buenísimo, la verdad contemplar el milagro de la vida no tiene precio, claro está que mucha, muchísima  gente no puede verlo, algún marido quería hacerse el valiente y había que avisarlo porque alguno se mareaba y antes de que hubiera que atenderlo a él mejor que estuviera fuera solo mirando si quería por el cristal. Viví unas experiencias que no tengo palabras para describirlas, me encantaba mi trabajo. A día de hoy alguna mamá aun me recuerda y nos saludamos y si van con su hijos les digo que ellos son los que me hacen mayores yo no me siento para nada mayor, aunque soy consciente que lo soy claro.

Los años que sucedieron fueron una gozada para mi disfrutaba como no os podéis imaginar, había cumplido mi sueño y era feliz con mi trabajo. Al tiempo de estar en la maternidad se unieron el médico que yo trabajaba, un traumatólogo y un médico de digestivo y fundaron la clínica de la Sagrada Familia en mi ciudad, ahí sí que pude vivir lo que es turno de todas las especialidades de la clínica ya que comencé a llevar la consulta de maternidad que se encontraba aparte de la clínica, y cuando había un parto fuera de día o de noche estaba localizada para llevar el paritorio (diré que mis compañeras de la maternidad  se lo dejaron todas yo fui la única que continúe en la nueva clínica) y a mi vez también  a las nuevas compañeras enseñarles a preparar el paritorio y en qué consistía nuestro trabajo y ayuda en el. Estuve llevando todo del trabajo que he mencionado durante bastante tiempo pero…al final me quedé solo en llevar la consulta. Me ofrecieron hacerme cargo de los quirófanos pero…como había algún plan de boda que incluía trasladarme a Barcelona lo tuve mas complicado y lo dejé. No me arrepiento en absoluto de mi decisión, la vida me volvió a llevar por otros caminos. Eso que pensamos sobre todo cuando somos muy jóvenes de que mandamos de nuestras vidas no es cierto del todo, tú te haces unos planes pero…luego la vida te lleva por donde quizás tienes marcado tu destino, aunque a veces pienso que nosotros también le ayudamos con nuestras decisiones. Experiencias  y anécdotas buenas y alguna mala (estas las menos) muchísimas pero… sería larguísimo  de contar.

No quiero pasar sin agradecer al médico para el que trabajé D. José Jornet y Dª. Maruja  su mujer (la cual estaba muy vinculada a la clínica y era enfermera), la aceptación que tuve no tan solo en el trabajo si no a nivel personal, me trataron extraordinariamente desde el primer momento que nos conocimos, incluso en muchas ocasiones como una más de la familia en su casa, quizás también porque me vieron algo desamparada por parte de la familia y quizás la hija de los amigos de mis padres les habló de mi situación familiar. Siempre los guardaré en mi corazón fallecieron los dos no muy mayores hace ya años, también a una de sus hijas Nuria, la cual nos  dejó demasiado pronto con la que tenía una relación especial, con sus otras dos hijas a día de hoy conservamos la amistad.

Desde la noche de reyes que comencé a trabajar pensé que sin jugar me había tocado el gordo del sorteo del niño, supe que iba a ser bien tratada y querida por todos incluidas las compañeras como así fue. Hacía bien poco que me conocían y sin embargo Dª. Maruja que tenía (supe después) la costumbre de la noche de Reyes dejar en nuestro cuarto unos detalles para todas no hizo ninguna distinción y yo tenía el mío, os podéis imaginar lo que me emocionó. A nivel emocional también me ayudaron  muchísimo ya que yo estaba pasando por momentos delicados y duros de asimilar.

Los que me seguís si os acordáis cuando conté lo de mi intervención de tiroides y las peripecias pasadas dije que algún día contaría porque estaba tan tranquila, sabiendo lo que me iban a hacer,  porque no quise que me sedaran la noche antes, porque entré por mi propio pie a quirófano y demás, la familiaridad con quirófanos me llevó a estar tranquila y relajada y a la par confiada en el equipo que me iba  a intervenir ya que desde el primer momento me infundieron confianza sobre todo el jefe  de equipo.

Foto del encabezado yo con el uniforme en el patio de la clínica, tendría unos 18 años.