No puedo mirar para otro lado y no
escribir sobre lo que está ocurriendo con nuestros mayores, aunque esto que
está ocurriendo ahora ya se estaba gestando desde hace mucho tiempo. Cuando se
comenzó a decirnos a jóvenes y mayores…”esto
lo puede hacer por internet, esto lo puede hacer desde casa, esta gestión la
puede hacer por el cajero, lo puede domiciliar todo y etc.”, deberíamos de
haber plantado las orejas y no dejarnos arrastrar por haga usted esto y haga
usted lo otro porque es mucho más cómodo (pero realmente para quien), esa
comodidad nos ha llevado a todo esto y algo más. Se da por hecho que la gente
mayor y no tan mayor tiene móviles de última generación, dispone de internet en
su casa y se maneja de maravilla para hacer todo, la realidad es bien distinta
y una inmensa mayoría de los mayores y no tan mayores no tiene ni pajolera idea
de internet y además a algunos tampoco
les gusta. En algunas entidades las
colas son significativas, obligados a horarios de cajero para pagos y demás y
sé de buena tinta (ya que esto le pasó a una conocida y estaba que trinaba ese
día) que si el horario se pasa aunque estés en la cola ya volverás al día siguiente,
hay pueblos donde han desaparecido las pequeñas sucursales que había y ello les
obliga a desplazarse a otros pueblos, no todos puede contar con que sus hijos
les resuelvan la papeleta de bancos y demás, ellos quieren ser autosuficientes
como siempre lo han sido y no depender de nadie en su inmensa mayoría. Yo no me
acabo de creer que esto no se puede solucionar de una manera más racional y con
más respeto hacia los mayores sobre todo
pero…los políticos están demasiado preocupados por mantener su culo en
su poltrona y los bancos demasiado preocupados por sus dividendos y nosotros les
importamos un carajo aunque quieran hacernos creer lo contrario. Me pregunto donde
ha quedado ese trato humano hacia nuestros mayores, que no tan solo se han dejado la piel para que
sus familias tuvieran una vida mejor sino que han dejado sus ahorros en manos
de estas entidades que sin ellos no habrían podido trabajar e invertir en sus
cosas, hacerse grandes y ganar dinero a
espuertas, ¿éste es el pago que tienen
ahora?, ¿cómo hemos dejado que esto ocurra?.
Yo me pongo en el lugar de muchísimos
mayores ya que ahora contaré una experiencia mía que
apenas tiene importancia pero… ya comenzaba
a querer decir mucho.
Yo pertenezco a los no tan jóvenes y
me manejo bastante bien por internet, aun así hace ya algún tiempo cuando
comenzaron a retirar el efectivo de las ventanillas de las entidades quise
hacer un pago por el cajero (he de decir que no me han gustado ni me gustan
nada) y queriéndolo hacer bien y sin equivocarme le pedí ayuda a una empleada
del banco con el que trabajo asiduamente y me dijo muy altaneramente que no
podía ayudarme, quizás debí quejarme pero me quedé tan sorprendida que no
reaccioné, intuí que estas órdenes venían de arriba y me dije… esto ya está comenzando
a ir muy mal porque además se oían comentarios que una determinada entidad
había sustituido personal por cajeros y que se iban a sumar el resto de
entidades para que todo se hiciera por los cajeros. El motivo por el que pedí cierta ayuda era que
no hacía demasiado tiempo me habían pasado al cobro unos recibos que ascendían
a 2000€ (seguramente hechos desde un
cajero) y que por supuesto no eran míos y menos mal que me di cuenta enseguida
y se me devolvió casi al momento, no sin antes
tener que hacer unas gestiones y averiguar ciertas cosas para que no
volviera a ocurrir.
Contaré otro caso de banco y esta vez
sí fue con trato personal; me encontraba pagando una hipoteca y cada mes como
siempre hacia mi pago pues bien, tengo una amiga en recaudación y un día me
llama y me pregunta si tenía alguna deuda con el ayuntamiento le digo que
no y me contesta que desde hacía varios
meses le estaba haciendo un pago al ayuntamiento de mi ciudad, inmediatamente
me fui al banco y resulta que por un error al hacer un pago de impuestos al ayuntamiento
no sé como siguieron haciendo mis ingresos
para la hipoteca a esa cuenta sin mas, se aclaró el entuerto pero podían
haber estado pasando el pago indefinidamente, así que no quiero pensar en los
errores que se habrán cometido por un fallo de teclear un número incorrecto.
Imagen de la cabecera obra original de Vicente Herrero.