Soy muy consciente de la sociedad en
que vivimos y que de un tiempo a esta parte vamos día a día a peor, pero
aletargados una buena parte.
Todos hemos oído de la indiferencia
de la gente cuando pasa alguna cosa en la calle, prefieren grabar un vídeo
antes que ayudar, no voy a generalizar
pero…Esta mañana lo he vivido en propias carnes, iba tan tranquila cruzando una calle cuando
he tropezado con un saliente del firme y me he caído cuan larga soy, aun he
tenido suerte el encontronazo lo ha recibido mi rodilla porque he tenido
reflejos y he movido la cabeza si no en todo el bordillo me hubiese podido
destruir la cara, pues bien había una cafetería y las mesas llenas de gente tan
solo un chico de unos 30 o 35 años se ha venido corriendo, me ha ayudado a
levantarme y hasta que yo no me he encontrado en condiciones de caminar allí ha
estado a mi lado, le he dado las gracias mil veces. Las personas que estaban a
un paso de mi ni sean inmutado, eso si he tenido aún suerte de que alguien me ha
ayudado, podía haberme pasado como a una amiga hace poco que cayó y nadie la
ayudó y no pongo en duda que algún descerebrado móvil en mano me haya hecho un
video estando yo en el suelo lamentándome del dolor.
Para ser sincera estoy bien
fastidiada pero… soy caballo de batalla y cuando se enfríe del todo decantará,
espero tener suerte.
¡Vaya, Concha! Lo siento. Pero es cierto, vivimos unos tiempos terribles, donde la humanidad y la empatía brillan por su ausencia.
ResponderEliminarJusto ayer viví una situación similar a la tuya, pero no en mi persona, estaba en la peluquería y mientras me lavaban el pelo, una señora que pasaba por la calle se cayó delante del escaparate, los empleados de la peluquería (4 exactamente) se quedaron impasibles esperando a ver si se levantaba sola o alguien le echaba una mano, y justo acababa de pasar un chico junto a ella, que al oír el golpe miró hacia atrás y la vio tirada en el suelo, el caso es que si no hubiera sido por esa relativa curiosidad expectativa, nadie la hubiera ayudado, porque la conversación que mantuvieron las dos peluqueras entre ellas me puso los pelos de punta, solo una hizo un leve amago de querer salir a ayudar, pero la otra la alentó a esperar, mientras le quitaba las ganas.
Prometo que me dejó un poco pillada, porque a mí, incluso estando con la mascarilla puesta me dieron ganas de salir a ayudarla.
Tú lo has vivido hoy mismo, que te puedo decir, menos mal que aún quedan personas como el joven que te ayudó incondicionalmente.
Besos y espero se te pase pronto el mal cuerpo.
Por desgracia Concha esto se está viendo demasiado a menudo aunque sean distintos casos, me parece tristísimo (si no lo remediamos) que vayamos directos a una deshumanización sin precedentes. No soy derrotista, yo siempre veo la botella medio llena pero...se esta viendo cada cosa que... sobre todo en la gente joven y no tan joven, aunque también los hay que me quito el sombrero ante ellos.
ResponderEliminarDía a día pienso que iré a mejor, gracias.
En otra ocasión contaré lo de los patinetes que tengo una historia al respecto.
Un fuerte abrazo