Los blogs amigos que me seguís habréis observado que no tan
solo puse los blogs de vacaciones si no que he estado desaparecida y no ha sido
precisamente por vacaciones, fuerza mayor ha sido la ausencia de visitar
vuestros blogs, os cuento. Mi marido desde hace unos meses tenía pendiente
pensarse si operarse de una cosilla de próstata y sobre todo de unas piedras
alojadas en la vejiga y que si les daba por arrancar cosa que veían difícil por
donde estaban alojadas y su tamaño hacerlas era imposible, la cirugía hubiese sido
de urgencia. En el mes de mayo ya se le puso en lista de espera, con las
pruebas pertinentes hechas pues a esperar, nos metimos casi en julio y pensamos
que hasta pasado el verano no sería dado las listas de espera tan largas,
pero…la sorpresa fue que el 1 de julio lo citaban para el día 7 y para el
hospital que nos fuimos ese día. Nos habían dicho que no revestía de gravedad
excepto si se presentaba alguna complicación y estábamos bastante tranquilos,
pero con el gusanillo en el estómago. Sobre las ocho entró en quirófano y a las
dos horas más o menos sale el médico a decirme que todo había salido muy bien,
estaba contento de como se había desarrollado la intervención y que en un par
de horas lo pasarían a la habitación. Me fuí bastante tranquila para la
habitación, pero pasaron las dos horas y no lo traían y entonces comencé a
preguntar, se me decía que estaba bien, pero seguían pasando las horas y entonces
vino el médico a buscarme y a explicarme que había surgido un problema, había
comenzado a perder sangre y se había descompensado del todo pero que ya estaba
estable y que por la tarde lo traerían a la habitación. Yo hasta media tarde
aunque intranquila y preocupada no me había desesperado, pero… llego la media
tarde y nada solo se me decía que estaba bien, seguía pasando el tiempo y me repetían lo mismo “está bien”, a las doce
horas de haber entrado en quirófano y posteriormente en posoperatorio lo
trajeron a la habitación, fueron horas angustiosas, venia aún más blanco que la
pared, según él luego me contó no había perdido la consciencia que él recordara,
incluso me decía que se había dado cuenta de que algo no estaba yendo bien y lo advirtió. Como
diabético había una preocupación añadida, pero, aunque al día siguiente aún
tubo un contratiempo en el que lo pasó muy mal gracias a Dios todo se ha ido
desarrollando bien y aunque la recuperación ha sido lenta (ya estábamos
advertidos) ha ido todo de maravilla dando gracias por todo cada día. Tengo que
dar las gracias al cirujano que lo intervino y a su equipo por el trabajo bien
realizado y el posterior interés todos los días que estuvo ingresado, en cuanto
al personal de planta super agradecida también.
Voy a contar una anécdota, la primera noche la pasó dentro
de lo que cabe bastante bien, la segunda se complicó el día y por la noche hubo
que darle alguna medicación para que estuviera más tranquilo, no tuviera dolor
y pudiera descansar mejor, hasta ahí todo bien, si se relajó pero al rato
comenzó a desvariar un poco y me asusté, vinieron los enfermeros y me
tranquilizaron sabían bien que era efecto de medicación, el coctel tuvo que ser
bueno por lo siguiente, se tranquilizó yo me tumbé un poco en el sofá que había
-muchos sabéis que mi marido es artista pintor- y lo veo que comienza como si
estuviera dibujando en las sábanas, me
levanto y al momento lo veo con la mano en alto como pintando en un lienzo, le
comienzo a hablar y estaba en otra onda,
después de preocuparme me acabé riendo. Cuando vino el enfermero que le
había atendido por la noche se lo contamos y se reía, le dijo: has tenido
suerte que has estado pintando porque la mayoría de personas alucinan viendo
cosas raras bichos incluidos.
La fotografía del encabezamiento las dichosas piedras.
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