Hoy es un día especial para mí, se cumplen treinta y cinco años de casada, como la mayoría sabéis mi marido es artista pintor (Vicente Herrero), los años se han pasado muy deprisa, pero os aseguro que han sido intensos.
No es nada fácil la convivencia con un artista, si ya el que mas y el que menos tenemos nuestras derias, con un artista la convivencia es algo mas compleja, no es una vida nada fácil pero creo que a pesar de todos los avatares que hemos tenido que ir toreando en todos estos años, la balanza se inclina hacia lo positivo. Hemos vivido momentos de todo tipo, anécdotas personales y de su trabajo, infinidad, sus memorias, quizás algún día sea yo quien las escriba. No son tan solo los años de convivencia, si no hay que añadirle diez más de noviazgo o sea casi toda una vida.
A día de hoy he de decir que cuando por algún motivo vamos separados a alguna parte y nos cruzamos, aparecen las mariposas en mi estomago y siento alegría de verlo, como si hiciera mucho que no nos hubiéramos visto, ha sido, es y será el amor de mi vida, aunque hoy en día son muchas las personas que no apuestan por sus relaciones, yo volvería a elegir la misma vida, aunque lo ideal sería, saber lo que se hoy y en algunas ocasiones actuar de forma diferente, aunque eso creo les ocurre a la mayoría de personas, pero no se puede volver en el tiempo, si no mirar siempre hacia delante y desear que sea por muchos años mas.
Nuestra mejor recompensa juntos ha sido nuestra hija, de la que nos sentimos orgullosos de ver en la mujer que se ha convertido.
La cabecera de esta entrada, es un apunte muy pequeñito que me hizo, hace ya varios años, el cual pertenece a nuestra colección particular.
